miércoles, 21 de julio de 2010

Insert Coin: Heimdall

Año: 1991
Plataformas: PC, Amiga, Mega-CD
Compañía: Core Design
Género: RPG
Se puede decir que Heimdall es un bicho raro dentro del mundo de los videojuegos. Los rpg nunca obtuvieron un éxito desmesurado en los ordenadores personales, ya que eran terreno abonado para las consolas. Títulos como Zelda (1986, Nes) o Phantasy Star (1987, Master System), alcanzaron un éxito que habría de ser explotado en su plenitud durante los dos primeros tercios de la década de 90´s, aunque en PC tan sólo el título de Core Design alcanzó cierta repercusión.
Espero que todo el mundo sepa quién es el prota del juego, pero por si acaso, lo recuerdo. Heimdall es un pez gordo de la mitología nórdica. Guardián del arco iris que separa los mundos de Midgar –el de los hombres- y Asgard –el de los dioses-, será además quién determine el comienzo del Ragnarok. Y así entramos en el argumento del juego. Loki, porculero donde los haya, se cuela en el Asgard y roba el martillo de Thor, la espada de Odín y la lanza de Frey. Casi nada.
Ante la gracia, Heimdall se hace humano y persigue a su enemigo Loki a través de tres mundos, los ya consabidos, más un tercero llamado Utgard. A lo largo de la aventura podrás obtener la ayuda de ciertos personajes que te serán indispensables para ir avanzando en el juego. Cada uno, con sus fallos y habilidades, debe ser utilizado de forma muy concreta, por lo que había que darle al coco.
Pero no todo serán acertijos y puzzles. También tendremos que luchar contra enemigos en un curioso sistema de pelea por turnos que recordaba al de Wizards and Warriors (1987, Nes/Game Boy).
A pesar de que el juego nunca llegara a ser un superventas, Heimdall es para mí, por su temática e innovación, uno de los hitos de la historia de los videojuegos. La crítica así lo pensaba, aunque nunca alcanzó la suficiente popularidad entre el público formal. A pesar de ello tuvo una meritoria secuela con un mejorado apartado gráfico.
GRAFICOS: Si algo destacaba en Heimdall era su apartado gráfico. Su perspectiva isométrica, ya de por sí novedosa, se veía acompañada por unos coloridos sprites que recordaban a dibujos animados muchos años antes de la aparición del cel-shading.
SONIDO: Un poco cutre. Sin duda la mayor tara del juego. Hay que tener en cuenta que la BSO era muy simple, y además aparecía en contadas ocasiones. Los demás sonidos parecían enlatados, algo típico en esta clase de juegos para Amiga y PC.
JUGABILIDAD: Si bien el juego era muy interesante e ingenioso, la monotonía de los escenarios podía conseguir que lo aborrecieses durante un rato corto. Efecto temporal que no conseguía empañar su adictivo resultado final.
NOTA: 92/100

Los que traen el infierno


Hellraiser es la adaptación cinematográfica que el propio Clive Barker hizo de su novela corta The Hellbound Heart. En ésta se nos ofrece un tipo de terror con sombrío tono y grotesca estética; personajes deformes de otra dimensión llamados cenobitas -ángeles para unos, demonios para otros- que proporcionan a quién los ha convocado una combinación sublime de placer y dolor que acaba con la destrucción, tanto física como espiritual, del desgraciado individuo de turno.
Como vemos, un terror con altas connotaciones sexuales, sadomasoquistas diría yo. También se utiliza la sangre y el sexo como elementos regenerativos, ya que éste es el medio por el que Julia Cotton ayuda a su otrora amante Frank: la mujer tienta a los hombres hasta atraerlos a donde pervive el espiritu que los devora para reconstituirse.
Consternadores los diseños de los monstruos, alguno de los cuales ya ha quedado como fetiche del cine de terror moderno. ¿Quién no recuerda a Pinhead, el líder de los cenobitas cuya cara estaba atravesada por clavos?. Es sólo el ejemplo de un universo cuya apariencia vino a destrozar los convencionalismos estéticos de los films de terror de 80´s.
Desafortunadamente, a lo largo de los años Clive Barker ha abandonado el género que le hizo famoso, centrándose más en una fantasía de gran calidad -El señor de las ilusiones, 1995-, pero no tan subversiva e impactante como sus primeras obras de terror. De cualquier forma, siempre quedará "Hellraiser" como una diestra unión de cine y literatura, en la que el perturbador balance de sobrio drama y sangriento espectáculo, evoca su mensaje mismo: los extremos de la experiencia humana no sólo se tocan, sino que se confunden para quienes tengan el valor de internarse en sus más recónditos senderos.

“He visto el futuro del horror y su nombre es Clive Barker” (Stephen King).

martes, 20 de julio de 2010

Insert Coin: Medievil


Año: 1998

Plataforma: PlayStation

Compañía: Sony

Género: Plataformas/Aventura Gráfica

Allá por Octubre de 1998 dio a la luz Medievil, juego divertidísimo protagonizado por un simpático esqueleto llamado Sir Daniel Fortesque. El software, franquicia exclusiva de Sony, estaba ambientado en un reino fantástico medieval llamado Gallowmere, que por cierto presentaba claras impregnaciones estéticas a lo Tim Burton.
El argumento versaba sobre un hechicero llamado Zarok que comandó un ejército de Zombies contra su tierra natal, Gallowmere. Sir Daniel dio la vida para salvar su tierra, ya que se enfrentó en combate singular contra Zarok derrotándolo con su último estertor. Sin embargo, la realidad distaba mucho de “El Cantar de Sir Daniel”, ya que Zarok fue derrotado sin la menor intervención de nuestro prota, que si bien acabó muerto, fue debido a una flecha perdida. ¡Vaya final cutre para tamaño soldado!
La cuestión es que cien años después de la batalla Zarok se recupera y mediante un hechizo resucita a todos los muertos que perecieron aquel día... y por supuesto Sir Dan era uno de ellos. Sus ganas de demostrar que es un verdadero héroe lo hará superar el hechizo de dominación y emprender una aventura extraordinaria...
Medievil se trata de uno de los mejores juegos de plataformas de la Historia. Su mecánica, que era tan simple como directa, recordaba bastante a “Ghouls´n Ghost” aunque claro, en 3D. Sony aprovechó la dimensión extra para hacer de Medievil el primer juego en explotar el Dual Shock, mando con botones analógicos que se ha perpetuado con el mismo diseño hasta la actual Play 3.
Otra de las gracias que podíamos disfrutar en Medievil eran los matices de aventura gráfica, que sin duda aportaban toques de originalidad en un género muy lineal y simple como son las plataformas. No era extraño que tuviésemos que hablar con distintos personajes para buscar tal objeto, y una vez en nuestro poder, volver a pantallas anteriores y utilizarlo para hallar algún arma poderosa. Otro de los activos eran los jefes finales, de diseño extraordinario y, en algunas ocasiones, dimensiones colosales. En mi mente siempre quedará “el Demonio de Vidriera” prodigio técnico para la época y evocador del templario que aparecía en El secreto de la Pirámide. Por si fuera poco el juego estaba íntegramente doblado al castellano, algo muy a tener en cuenta si nos queríamos percatar de los ingeniosos juegos de palabras y chistes que protagonizaban los distintos personajes.
Medievil se erige en uno de los mejores juegos de la historia, un compendio de diversión, factura técnica, mundos extraordinarios y posibilidades infinitas. En 2000 tuvo una secuela, que aunque era muy divertida, nunca llegó a los tobillos a su primera entrega. De todas formas ¡Viva Sir Daniel¡

GRAFICOS: Muy buenos. Los efectos de luz y la diversidad de escenarios eran los ingredientes fundamentales para conformar una ambientación perfecta. Es cierto que hallábamos graficos demasiado pixelados y en ocasiones con popping, pero el detallismo general compensaba claramente estos pequeños defectos.

SONIDO: Las voces de los distintos personajes estaban dobladas por actores profesionales y la música era genial. Por supuesto todo el sonido estaba digitalizado.

JUGABILIDAD: Un control muy intuitivo capacitaba al jugador para manejar un sinfín de armas sin problema. La dificultad estaba ajustadísima, y si bien es cierto que había niveles complicados, en ningún momento desalentaban a un jugador que no podía parar hasta que se pasase el juego.

NOTA: 98/100

El lado oscuro de Japón


Una diseñadora gráfica de Tokyo, autora de una mascota muy popular, es la envidia de todos sus compañeros de trabajo. A pesar de ello la muchacha padece cierta depresión, ya que no sólo la dejan de lado, sino que su jefe la presiona para la creación de una nueva mascota con tanto reclamo como su anterior trabajo. Un día, regresando a casa, es atacada violentamente. Muchos creen que el suceso no es más que una mera invención suya para deshacerse de la difícil situación laboral que está sufriendo. El autor del ataque es Shounen Bat, un chico en patines y con un bate ligeramente doblado que se convierte en una auténtica leyenda urbana al ir golpeando a personas en sus cabezas durante la noche por toda la ciudad. Dos detectives se encargarán de llevar el caso e irán comprobando que no todo es lo que parece...
Puede parecer una "paranoia" pero Paranoia Agent es una serie notable en diversos sentidos. Tiene gran animación, un dibujo con varios registros, personajes bien desarrollados e historias muy interesantes que a Satoshi Kon no le cupieron en otros de sus trabajos, como Perfect Blue o Millenium Actress.
Pero si en algo destaca este fenomenal anime es en la corrosiva crítica que proyecta hacia la sociedad japonesa. Japón, con su pulcra, atrayente y sofisticada imagen, encierra tras de sí algunos desvíos que son fruto de una sociedad cada vez más automatizada, lobotomizada y con unos valores más etéreos. Ejemplo de ello son los casos que nos muestra la serie: distintos tipos de perversión sexual, tendencias suicidas, consumismo desbordante, odio clasista, esquizofrenia videojueguil o exacerbada presión laboral…
El chico del bate parece ser la mesura, la metáfora del orden que subyace en el caos. A priori, él iguala a todo el mundo; a cada medida de gracia corresponde otra de desgracia. O por lo menos eso parece. Porque la realidad es que el chico de los patines dorados actúa de evasión y como vehículo para huir de los fantasmas internos de cada uno. Un mal muy profundo, que a pesar de centrarse esta vez en Japón, nos afecta a todos.
Problemas...todos nosotros los tenemos. El afrontarlos o huir de ellos es cosa tuya...También lo es que veas esta atípica serie. Yo la recomiendo. Seguro que, por lo menos, te evadirá de tus problemas...durante un tiempo.

Robin Begins


Desde que William Langland lo incluyera por primera vez en una narración escrita, Robin de Locksley ha paseado su palmito por incontables adaptaciones escritas, dibujadas o rodadas. El cine y la televisión se han cruzado en el camino del renegado inglés en múltiples ocasiones. Entre sus primeras adaptaciones destacan el Robin de los Bosques de Douglas Fairbanks (1922) y por supuesto el interpretado por Errol Flyn, que supuso un antes y un después en el cine de aventuras. Ulteriormente, nuestro personaje ha adquirido las facciones de zorro por la gracia de Disney, ha envejecido tomando prestada la efigie de Sean Connery e incluso ha visto como Mel Brooks lo convertía en objeto de parodia. Entre sus últimas apariciones destaca el Robin Hood interpretado por Kevin Costner, que demostró que se puede ser de York y hablar con acento yankee sin que eso influya para nada en la recaudación.
Ahora es Scott quien rescata de nuevo al personaje para apostar por el cine épico que tan buenos dividendos le ha aportado desde la oscarizada Gladiator. Y bueno, se podría decir que el resultado es apto, aunque no tanto como cabría esperar.
Es de suponer que 100 millones $ alcanzarían para presentar unos factores técnicos encomiables, aunque personalmente cada vez otorgo menos mérito a esta cuestión. El vestuario se ha reciclado casi en su totalidad de “El Reino de los Cielos”, la B.S.O es cumplidora, y las interpretaciones son solventes. Sin embargo, no acabo de ver a un Russell Crowe, un tanto pasado de rosca, como el arquero más famoso de la mitografía europea por muy desmitificadora que pretenda ser la producción. Y es que éste es el verdadero problema; se indaga en los orígenes de la leyenda despojando al personaje de todo carisma. Giro de tuerca, no obstante, necesario, para justificar la nueva revisión del arquero de Sherwood.
Con la reciente obsesión de muchos directores por humanizar a los héroes, impregnarlos de moralina política, o dotarlos de ínfulas intelectuales, se ha castrado decisivamente la magia de muchas películas. Y sí, Robin, aunque gordito y arrugado, entretiene. Nunca viene mal un espadazo aquí y un flechazo allá para desconectar. Pero qué queréis que os diga, a mí me gusta menos este academicismo formal que las baratas licencias literarias que observamos en la peli de Costner.
Ya lo pensaba desde hace tiempo pero este film me lo ha confirmado. Ridley Scott empezó su carrera rodando unas películas brillantes y que lo vislumbraron como el sucesor natural de Stanley Kubrick. Sin embargo, su acomodo en la industria hollywoodiense vino con producciones comerciales, de éstas que se consumen como churros, y eso es exactamente lo que hallaremos aquí. O sea, que Scott ha dado en la diana... según se mire.

lunes, 19 de julio de 2010

Amir Arsalan


A principios del siglo XIX, ul-Naquib Mamalik, cuentacuentos real de la corte del Sha de Irán, elaboró un poema épico que adaptaba ciertos hechos semi-históricos acaecidos en la Persia del siglo III d.C. La obra, llamada Amir Arsalan, versaba sobre una guerra debida a disputas dinásticas entre dos imperios y sobre los diferentes héroes que participaron en dicha epopeya. Salvando las distancias, no deja de recordarme a "El Romance de los tres Reinos", otra epopeya épica de similares características desarrollada curiosamente también durante la tercera centuria, aunque eso sí, en suelo chino. Pues bien, en 1986 el escritor y dibujante Yoshiki Tanaka decidió adaptar este poema persa al manga llegando a desarrollar un total de 13 libros.
"La heroica leyenda de Arislan" fue lanzada en su versión anime mediante 4 OVA´s de una hora en 1991. Posteriormente, en 2002, fueron emitidos otros dos episodios que continuaban con la historia, por cierto, inacabada hasta dia de hoy.
Este seinen, de trazo depuradísimo y con claras impregnaciones estéticas del bishonen, narra la historia de Arslan, príncipe de Palse, y de las aventuras que protagoniza junto a otros personajes en su feroz lucha contra el imperio de Lusitania. Con esta excusa se nos muestran intrigas, traiciones y alianzas políticas, críticas al sistema esclavista, censura al fanatismo religioso, y diversas subtramas de bastante rigor histórico.
La acción se desarrolla en un mundo fantástico medieval con claras influencias medio-orientales. Muchos de los nombres de personajes y deidades aparecidos en la serie son fieles a la obra primigenia, aunque a pesar de estos guiños algunos atuendos y diseños son de origen europeo. Por otra parte, y a pesar del contexto fantástico, no existen criaturas de este uso como elfos, enanos etc; tampoco la magia alcanza un protagonismo desmesurado.
Desgraciadamenre, y como he dicho más arriba, el hilo argumental no se desarrolla enteramente, por lo que hay que tener muy cuenta que la serie está incompleta. A pesar de ello "La heroica leyenda de Arislan" se erige en una de las mejores muestras de anime medieval, compitiendo casi en igualdad de condiciones con clásicos como Berserk o Lodoss War, e igualando a nuevas joyas del género como "Claymore".

viernes, 16 de julio de 2010

El esoterismo del Tercer Reich


Uno de los temas más olvidados, conscientemente o no, de la Segunda Guerra mundial es el componente profundamente esotérico de muchos de los altos mandos del ejército nazi. Pudiera resultar ocioso afirmar que estos rasgos metafísicos significaron algo más que una vana obsesión de varias mentes enfermas, aunque lo cierto es que muchas de las acciones colaterales a la guerra que los alemanes llevaron a cabo estuvieron destinadas a hallar diversos objetos con un componente mágico-religioso evidente.
Objetos míticos como el Santo Grial, la Lanza de Longinos, el Arca de la Alianza, el Martillo de Thor ,o lugares extraordinarios como el legendario Reino de Shambala y la Atlántida , fueron vehementemente buscados por unidades de élite íntimamente ligadas con la parapsicología. Se podrían nombrar entre otras sociedades La orden de los nuevos templarios, La orden del templo de oriente, La sociedad de List, La Thule Gesselschaft o las desconocidas SS-Ahnenerbe, una versión de la famosa policía militar de Himmler destinada a la búsqueda de este tipo de objetos.
Y por supuesto toda esta suerte de sociedades y unidades especiales tenían un soporte intelectual detrás. Personajes como Karl María Wiligut, individuo que aseguraba tener una memoria latente de miles de años de historia, influyeron en la intelectualidad alemana sacando a la luz publicaciones como la revista Ostara e innumerables libros de los que hoy día no se sabe absolutamente nada… a menos que Fríker Jiménez tenga algo que decir al respecto.

Ranma Saotome y los Héroes del Silencio



A Dragon Ball y en menor término a Caballeros del Zodiaco les debemos los seguidores del Manga y Anime en España todo lo que ha venido después. No obstante esto no quiere decir que nuestra serie favorita sea necesariamente una de estas dos, admitiendo que para mí son inolvidables. Así, el anime que marcó mi niñez fue sin duda alguna Ranma ½, shonen fresco, de personajes entrañables y humor desbordante. Recuerdo que vivía el verano que la estrenaron en antena 3 sólo y exclusivamente para verla; me acostaba por la noche nervioso, pensando qué pasaría por la mañana… una obsesión en toda regla que recordaba con el más afecto de los cariños… pero claro, eso fue hace ya mucho tiempo.
A Héroes del Silencio les debemos ser el mejor grupo de la historia de España y abrir una vereda que recorrieron y copiaron otros grupos, ya sean españoles o extranjeros. Bunbury es para mí Dios, todas sus canciones me han servido en distintos ámbitos y algunas son realmente especiales por distintos motivos… pero mi juventud me impidió escucharlos en directo.
Al tiempo de una cosa y otra vi en la tele que vendían en fascículos Ranma…directamente fui al quiosco mas cercano y la reservé; una vez que la tuve entera me dispuse a verla con cierto miedo a que se me desmontaran los recuerdos de mi niñez… ya no era la misma persona y las perspectivas cambian. También me enteré de que los Héroes se iban a reunir para una serie de conciertos por motivo de la expo de Zaragoza… finalmente los iba a ver en directo… pero también tenía miedo a que se me destrozara el mito… al fin y al cabo llevaban mucho tiempo separados, Valdivia estuvo enfermo, Bunbury cambió de estilo diametralmente...y además se odiaban.
Pero cuando vi nuevamente la serie de Ranma y escuché a los Héroes en Sevilla aprendí una cosa. Si algo es bueno, nunca perderá con el tiempo.
Así que si tenéis oportunidad hacéos con esta serie magnífica, épica, que os enganchará a buen seguro, y… ahhh, escuchad a Héroes del Silencio, porque aquí no hay duda de que fueron y serán los mejores.

jueves, 15 de julio de 2010

Aparición en la ciénaga


Es el mismo sendero que días atrás crucé, y sin embargo, todo es distinto. El verde de los árboles, el cantar de los pájaros, el danzar del aire…todo ha cambiado. ¿En cuánto tiempo puede cambiar la esencia de un hombre…? En menos de lo que cabría esperar…

Cuando Ludwing me informó de la buena nueva, mi alma se desbordó de alegría. Finalmente había conseguido mi sueño… un deseo que iba mucho más allá de lo mundano, y aún de lo onírico…era una cuestión de honor, de valores. Por fin iba a combatir para defender la ciudad de mi padre, Reikland…
Sin embargo, el destino me reservaba una resolución muy diferente a la que aguardaba. Mis deseos de medrar en el ejército pronto se marchitaron…mis deseos de ir a pavonear de uniforme en la posada se esfumaron… la sensación primera, gallarda, tornó a inseguridad, de inseguro pasé a timorato…y todo ello a la misma velocidad de la marcha de la mesnada… a cada paso que daba, más palidecía. La noche anterior al encuentro con mis pesadillas fue insoportable. Una sensación de calor frío embargaba mi ser, sintiéndome como un cerdo antes de ser atronado. No recuerdo las veces que vomité pero fueron muchas… cuando ya no había nada que evacuar, seguía con las convulsiones, seguía con los mareos, seguía con los sudores y mis tormentos… sólo pensaba en el fatídico día que estampé mi firma en la torre de reclutamiento. Conseguí relajarme sentado en la esquina de la tienda, fuera de la vista de los demás soldados que dormían de forma impasible…¿en qué diablos piensan? ¿Es que no saben que muchos de ellos van a morir…?. En ese ínfimo momento de paz recordé los veranos que pasé en Reikland… recordé los paseos junto a mi padre, también la vereda que llevaba al pequeño lago situado detrás de la escuela de magia…mas de súbito, todos mis hermosos pensamientos fueron desmontados por el frío sonido del olifante…el cuerno llamaba a filas…. Los últimos pensamientos amables que he tenido en mi vida, obviaron los primeros tonos del músico. La gran mayoría de los soldados estaban listos para la batalla; las unidades se empezaban a formar con premura y yo hacia tiempo que debía haber estado en la mía… Pensé en las posibilidades que tenía para huir… pero los alrededores estaban infestados tanto de soldados imperiales, como de orcos. El castigo para los desertores era la horca, o en el mejor de los casos, trabajos forzosos de por vida en las minas de las tierras yermas, con la carga deshonrosa que ello conlleva, para mí y la memoria de mi padre… Deseché ésa estéril idea con la misma celeridad que se introdujo en mi cabeza. En ése mismo momento noté una fuerza que me giraba. Luego de alzar la vista, tardé aún varios segundos en percatarme de la identidad del soldado que me zamarreaba. Sí, era el sargento Mathias Schatertzlem, amigo desde la infancia de mi difunto padre. Mi mente absorta, no pudo discernir las arengas que el buen militar me dedicaba, juntando fuertemente su frente junto a la mía…
La hora había llegado. Mi sensación de terror mermó en cierta medida al verme rodeado de mis camaradas. Los ánimos y los gritos de la unidad inundaron mi ego de renovados bríos… sí, era un soldado imperial, de familia humilde pero honorable. Tenía que luchar y ganar, y si no podía conseguir tal empresa al menos debía caer con honor… Pero la naturaleza del hombre es débil, por lo menos, la de los hombres comunes como yo. Ya en plena batalla, veía en primera persona como los asquerosos trasgos atacaban por la retaguardia a nuestra unidad de apoyo. Los fusileros de Middenland acabaron con varios orcos negros antes de que éstos cargaran henchidos de sed de sangre… pero las bajas causadas fueron vanas y la unidad imperial, destrozada. La situación de nuestra unidad era crítica, pero los flancos izquierdo y derecho del ejército no hallaban mayor gracia a la situación. Sólo la unidad de caballería de la Reiskguard causó cierto revuelo en las filas enemigas, gracias en parte, a la buena disposición táctica del capitán. La ligazón entre mi esperanza de victoria y los caballeros de élite fue rota cuando la unidad fue reducida… Ya todo estaba perdido, íbamos a morir todos… ¿pero de qué forma?, ¡oh no! Había cientos de formas de morir a manos de un orco y a cuál más horrible. La compacta formación de nuestra unidad fue disuelta a manos del pánico. Escapé dirección a un bosque con la vaga esperanza de vivir. De pronto, escuché unos pasos detrás de mí. Eché la mano al cinto para desenvainar la espada y… gracias a Sigmar era un compañero de la unidad. Tal vez tuviéramos una oportunidad. El tenerlo cerca me complació de forma sorprendente, ya que nunca fue un hombre de mi agrado.
Por fin… ya podía entrever el linde del bosque. Cuando estábamos cerca de confundirnos con la gris maleza, sentí un fuerte impacto en la cabeza. Caí al suelo de facto. Sentía un gran dolor y sangraba abundantemente, pero a pesar de ello, me encontraba en condiciones de escapar… pero no lo hice. Mi cuerpo se quedó tan inmóvil como si mi vida dependiera de ello. Y efectivamente así era… abriendo los ojos pude observar, no obstante de la sangre que dificultaba mi visión, cómo una banda de trasgos atacaba a mi compañero. ¿Qué debía hacer? ¿Me levantaba en busca de su ayuda así como de una muerte inexorable? No no… eran al menos cuatro, o cinco… nada había que hacer contra tantos enemigos… Quizá rezar al magnánimo Sigmar sea la acción más razonable… sí, decidí que era lo mejor. Pero no podía. Pensé en mi padre y que él sin duda, se hubiera levantado para combatir a pesar de todas las cosas. Pero yo no era como mi padre. Yo sólo quería vivir. Apenas llegaba a los veintidós años…así que me quede quieto, esperando a que el destino me regalara la suerte necesaria para salir de esa funesta situación… El combate entre el desgraciado militar y los trasgos acabó pronto… si es que a aquello se le podía llamar combate… Incluso aquel hombre al que tanto despreciaba, que tantas veces me humilló por mi inexperiencia, luchó cual fiera herida… Solo, y ante un enemigo que le sobrepasaba ampliamente en número, no dudó en atacar arrojando su escudo al suelo y agarrando su espada con sendas manos…
Después de que el valeroso infante exhalara por última vez, se hizo un silencio inaguantable. Yo ni siquiera respiraba… aguardaba el momento en que uno de esos asquerosos engendros me degollara…no sabía qué hacer, las piernas me temblaban, tenía ganas de gritar, de correr, de morir…. Sí de morir, porque ese momento fue tan angustioso que pasados sólo unos segundos, ya deseaba que acabaran con mi despreciable vida… El tiempo pasaba y no pasaba. La situación era la misma… pero sentí como los trasgos repararon en algo y se peleaban por ello…quizás unas simples botas fueron el motivo de la disputa. Alcé la cabeza y allí estaban. En un acto temerario, me levanté y corrí de tal forma que creí que nunca me atraparían… pensaba que venían detrás, pero… mire y allí seguían con su absurda rencilla. Ello no me relajó en el empeño de correr como alma que lleva el diablo. Parecía que podía correr toda la vida, para mi el cansancio no existía… y por fin. Llegué al bosque.
A pesar de que no estaba tan lejos de casa, este bosque vetusto y sombrío, en nada se parecía a los que adornaban el paraje de mi preciosa ciudad. Los árboles eran pobres en hojas, los troncos grises, tenían formas caprichosas y espeluznantes, los sonidos de las bestias rondaban mi cabeza… y los dolores comenzaban a aparecer…La herida de la cabeza era horrible, pero lo comprometido de mi anterior situación la convertía en una minucia. Ahora, sin embargo, empezaba a causar mella en mi cuerpo, junto a otra gran gama de dolores que no sé a que razón se debían…
Empezaba a estar preocupado. Conseguí escapar, pero estaba sólo, con el cuerpo magullado y estaba anocheciendo. Decidí descansar apoyado en el rugoso tronco de un viejo sauce. En el preciso momento en que la vigilia se empieza a mezclar con los sueños, escuché un crujido. Un crujido parecido al que se produce cuando se fuerza la madera vieja…no le di importancia, al fin y al cabo estaba en un bosque y podía haber sido cualquier cosa. Pero el sonido aumento su cadencia y estruendo. Cuando abrí los ojos, vi perplejo como las ramas del sauce, en cuyo tronco reposaba, se abalanzaban hacia mí. Sin tener tiempo a reaccionar, salté girando sobre mí mismo, impidiendo que las ramas dieran cuenta de su presa… Cuando estuve en posición erguida, mire al árbol. El espectáculo que estaba contemplando variaba el concepto que tenía sobre la vida. Allí estaba aquel engendro o diablo de la naturaleza, agitando sus ramas… siendo los huecos del viejo tronco los que dibujaban los rasgos del monstruo…la boca… los ojos… Mi cuerpo tardó en obedecer, pero corrí con más terror si cabe que la vez anterior. Me caí varias veces tropezando con las abundantes ramas que sobresalían del suelo. Cuando miraba hacia los otros árboles pensaba que también ellos me atacarían… o quizá ya lo habían hecho… Lo que yo creía que era un simple tropiezo, podía ser una nueva traba, o peor, un juego para tales monstruos. Cuando mi corazón ya no daba para más, me detuve…mi cuerpo se partió en dos y mis manos se apoyaron en las rodillas. Respiraba y respiraba pero seguía faltando aire. El sudor caía al suelo como si de la lluvia mas torrencial se tratara. Pasados unos minutos, conseguí estar de nuevo en posición enhiesta. En ese preciso instante, y entre el sonido de las alimañas de la noche, pude discernir unos sonidos familiares. Giré hacia mi derecha, y atravesando unos matorrales muy espesos, pude contemplar una luz tenue que bailaba con poca fuerza entre la oscuridad. Al acercarme más, me percaté de que era una hoguera, y cuando aún estuve más cerca, me regocijé al darme cuenta de que eran soldados… supervivientes como yo.
La calidez del fuego se hizo más agradable que la mejor de las posadas. Sólo el aluvión de preguntas al que fui sometido turbó un poco mi inesperado sosiego. Ante el poco interés que mostraba al responder poco a poco dejé de ser el centro de atención. Al mi lado se hallaba un soldado con el ojo vendado. Lucía una cabellera abundante, de pelo negro azabache, descuidada por motivos obvios. Parecía joven, tal vez una edad parecida a la mía. Por ello le pregunté quién era el oficial de más alto rango que se encontraba con ellos. El muchacho, entretenido sorbiendo ruidosamente algo parecido a un caldo, alzó la vista señalando con la cabeza hacia delante. Un hombre alto y fuerte debatía con otros, señalando algo en lo que debía de ser un mapa. Refunfuñando se giró. Era él, Mathias Schatertzlem, aquél sargento que me intentó animar sin resultado antes de la batalla. Amigo desde la infancia de mi padre, siempre me reservó un cariño especial. Sin embargo el saludo fue mucho más frío de lo que esperaba. Sin preguntas, sin muestras de afecto. El sargento determinó que debíamos de poner pies en polvorosa, ya que la zona podía estar infestada de orcos. Con premura, todos recogieron los escasos recursos de los que disponían y marchamos, ya que la oscuridad de la noche nos ampararía en nuestro escapismo. La marcha era rápida y mis piernas empezaban a achacar el cansancio de los últimos días. El diálogo, o cualquier tipo de sonido, no sólo estaba prohibido, estaba penalizado. En cierto modo me agradó la idea. No albergaba ganas de chacharear, y menos aún, de que me hicieran preguntas estúpidas.
Delante de mí había un grupo de unos cuatro soldados que, sin embargo, empezaron a hablar…¡estúpidos!, ¿de qué hablan?. ¿¡Es que acaso no se percatan de que pueden oírlos!?. Seguro que despotricaban sobre mí. Me habían mirado con desdén en más de una ocasión… Entonces, desenvaine mi espada buscando saldar la cuenta con esos ineptos. Justo cuando iba a propinar el golpe de gracia al más socarrón de todos ellos, éste se giró. De entre la capucha que cubría su cabeza se podían vislumbrar unos sobrenaturales ojos demoníacos de color escarlata. Me paré de súbito y la espada se me resbaló de las manos. ¿Qué diablos era? Humano no desde luego. ¿Qué podía hacer? Decidí gritar para poner sobre alerta a la unidad… Después del grito, todos me miraban como si estuviera loco. Los murmullos se empezaron a suceder, y de entre la masa de soldados, el sargento afloró con gran presteza y decisión… él sí atendería a razones.
Me levanté del suelo. Sangraba por la boca. A pesar de la oscuridad de la noche, contemplé como uno de mis dientes estaba en la tierra, mas aún tenía uno a medio caer. El golpe fue terrible. No entendía como después de salvar a la unidad, el sargento me había propinado semejante golpe. Estúpido viejo… Cuando me incorporé me preguntó el qué diablos me pasaba… ¿que había dicho una locura?… le respondí que cuando nos durmiéramos aquella bestia nos destrozaría a todos… Pero no me entendía. Con una mezcla de lástima y determinación clavó su vista en mis ojos durante un tiempo. Me agarró fuertemente los brazos y me dijo que estaba a salvo, que no ocurriría nada, que fuera valiente…
Seguimos andando. La noche era ya más oscura que la piel de un orco negro. Me paré a reflexionar un instante. Tal vez lo que había visto no fuera real. Después de todo había soportado situaciones muy extremas… o no, quizá sí fuera real y todos estaban engañados… incluso el sargento puede estar engañado y aún en complot con aquella criatura… ¿por cuánto te has vendido asqueroso?. La situación era muy tensa. Se podía cortar el ambiente con un tajo de espada. En todo momento miraba al soldado encapuchado, y a su, sin duda, ayudante de fechorías, Schatertzlem. En uno de esos instantes vi como el sargento se paró y, fatigado, posaba la mano en su pecho. Al sentirse indispuesto, ordenó que pasáramos la noche en este aciago lugar. Una ciénaga, tan oscura y siniestra, como el corazón de los más viles….
El cieno hacía difícil el movimiento; la oscuridad, unida a la densa niebla, impedía la visión mas allá de tus brazos… y también estaba el hedor, que era insoportable. El asqueroso sargento no pudo escoger un sitio con más condiciones para una emboscada… Nos dispusimos azarosamente y sin ningún tipo de guardia. Todo el mundo estaba cansado. Después de reposar y descansar un rato me tranquilicé. Llegué a la conclusión de que mi mente estaba trastornada al pensar que el sargento podía elaborar un ardid tan retorcido. Me sentí mal y decidí que lo mejor era dormir… sí, dormir… hacía tanto ya que no dormía…
Luego de descansar un rato me desperté bruscamente con una sensación de alarma. Al echar un vistazo, observé con relajación que nada ocurría y todo el mundo descansaba. Decidí tumbarme de nuevo… pero el tiempo pasaba y algo impedía que conciliara el sueño. De pronto, a pesar de que era tiempo de canícula, me rodeó un frío tan horrible que me estremeció. Abrí los ojos y pude contemplar la luna llena emborronada por el espeso manto de niebla. La temperatura seguía bajando. Me senté al lado de un macilento árbol y rodeé mi cuerpo con los brazos debido al cada vez más insoportable ambiente gélido.
Los sonidos de la noche parecían sonar con inusitada claridad en mi cabeza. Estaba desorientado. Ya ni siquiera recordaba cuál era mi posición con respecto a mis compañeros. Algo me impedía el movimiento. No era normal la cantidad de sudor que caía por mi cara, a pesar del frío invernal que esa antinatural noche me regalaba. Miraba desconcertado hacia todos los lugares, pero había uno… había uno al que no podía dejar de mirar… a pesar de que deseaba apartar la vista, no podía… tenía miedo…¿qué me estaba pasando…? El momento en que fingí en el suelo para salvar el pellejo era un juego de niños comparado con esto… pero ¿qué pasaba?, no debía tener miedo… allí no había nada, ¡no! ¡no! ¡no había nada!.
En el medio de la abismal oscuridad de ese punto, el cual era objeto de una atención que no era mía, surgió una débil vorágine que giraba sobre sí misma. El círculo, vaporoso, brillante y amorfo, cada vez se hizo más grande y parecía cobrar forma… una silueta monstruosa, una visión que ni siquiera puedo recordar, y sin embargo recuerdo. Era una espectral figura envuelta en una mortaja, con la faz esquelética y unos brazos desproporcionadamente alargados… La pesadilla se quedó allí, parada, a una distancia todavía considerable. Mis músculos apelmazados no hacían más que moverse sin ton ni son… mi garganta no podía nada más que balbucear pequeños lamentos… lamentos que no escuchaba nadie…
La criatura permanecía todavía inmóvil. Sus cuencas vacías miraban hacia mi aterrorizada efigie…el sufrimiento que pasaba era el peor de todos los castigos imaginables. Cerré los ojos con la esperanza de no ver a esa aberración. Pero no, ¡ahí estaba!. A pesar de que los parpados estaban cerrados y bien cerrados, la imagen del fantasma seguía tan clara en mi mente que aún resultaba más aterradora…abrí los ojos y… la figura vaporosa de color azul, que a tantos metros parecía estar, apenas se situó en una fracción de segundo a un centímetro de mi cara…
De pronto, todos los males del mundo inundaron mi cabeza… todos los pensamientos enfermizos, que alguna vez tuve, recobraron nuevo vigor…mi mente iba a estallar, necesitaba parar eso, necesitaba salir de ahí…¡no por favor! ¡No me hagas esto¡ ¡Noooooooo¡. En aquél preciso momento tuve que perder el conocimiento. Aún inconsciente, la criatura estaba conmigo y me transmitió un mensaje. Un mensaje que ni tan siquiera puedo pronunciar… o recordar.
Me desperté por la mañana en medio de un gran revuelo. Confiaba que lo acaecido la noche anterior fuera sólo una pesadilla. Pero no… no era así… me agaché en el agua más clara que pude encontrar en aquél pantano del demonio y me observé. Mi cabello. Mi pelo no era como antes… el castaño tornó a un color pajizo con matices grises… de pronto, un soldado puso la mano en mi hombro… dijo que acudiera a ver que ocurría. Al intentar responderle, me percaté de que había perdido totalmente la voz… ¿pero qué era eso comparado con el mensaje de aquella bestia?. Acudí al círculo de soldados. Lo que imaginaba fue confirmado. El sargento, Mathias Schatertzlem, había muerto durante la noche.
Han pasado ya cinco días desde aquellos fatídicos sucesos. Volvemos a casa y los caminos que antaño eran evocadores de un futuro ilusionante, son ahoras comparsas que bailaban al son de los recuerdos de la bestia. Todo me recordaba a aquella cosa y todo me recordaba lo que me dijo… la sola posibilidad de que se cumpla lo que me trasmitió sería peor que estar condenado de por vida a las llamas del averno…
No aguantaba más. No sé si lo que vi fue real o incierto, pero no aguantaba más. Esto llegará a su fin… una cuerda y un árbol serán suficientes. Ahora mismo los veo y son mi única salida, mi evasión. Ya no me tocará mas, nada más me pasará… burlaré a esa bestia del diablo… por fin se va a acabar…


Luthor Heinz,

Lancero de la Tercera Compañía de Reikland.

Las revelaciones de Sudáfrica 2010


- LA SELECCIÓN URUGUAYA: Nadie lo recuerda, pero Uruguay fue la primera gran potencia futbolística de la Historia. Medalla de Oro en las Olimpiadas de 1924, 1928 y Campeona del Mundo en 1930, su trayectoria en color sólo aporta un 4º puesto en el mundial de México en 1970. Ahora los charrúas reverdecen viejos laureles con una defensa expeditiva, un centro del campo que muerde y, sobre todo, una delantera de primer nivel.

- LA SELECCIÓN GHANESA: Los únicos africanos que han cumplido en “su” Mundial. La baja de Essien no se ha notado, y tan sólo les faltó un punto de suerte y experiencia para ser semifinalistas. Ojo con ellos.

- LA SELECCIÓN DE EEUU: Como los yankees se pongan a hacer algo en serio, cuidado. Su ascenso ha sido imparable desde 1994, y si bien siempre han tenido jugadores aprovechables, ahora también han conseguido disciplina. Los chicos del Soccer ya son respetados en todo el mundo.

- LA SELECCIÓN JAPONESA: La federación japonesa confió en Okada, el técnico que dirigió a los orientales en su primer mundial hace ya 12 años. Nadie apostaba un duro por los nipones, equipo veterano y con poca sangre nueva. La cuestión es que de aquí surgió la mezcla perfecta. La base veterana ha sido trascendental para la confianza y experiencia del equipo, mientras que jugadores como Komano, Uchida, Matsui u Honda, han aportado frescura al tiempo que un salto cualitativo. Y eso se nota.

- LA SELECCIÓN KOREANA: Salvando las distancias su caso recuerda al ghanés. Con un poco más de suerte y templanza se hubieran plantado en cuartos. Sus jugadores son peleones, disciplinados y técnicos. No iban a ser perfectos.

- THOMAS MÜLLER: Uno de los hombres del Mundial. Su verticalidad, visión de juego y disparo lo convierten en un fichaje apetecible para los grandes de Europa. Si sigue su progresión luchará por el Balón de Oro en dos o tres años.

- SAMI KEDHIRA: Es el símbolo de la Alemania mestiza. De padre tunecino y madre alemana, Khedira es un centrocampista total. Roba, reparte, tiene llegada y va bien por alto. Suficiente para engatusar a Mourinho, que no es poco.

- LUIS SUAREZ: Decir que Luis Suarez es una revelación habiendo metido 38 goles en la Eredivisie es ocioso. Sin embargo, un mundial es el escaparate perfecto para los jugadores emergentes. Y Luisito se ha vendido maravillosamente.

- EL “RUSO” PEREZ: Gladiador infatigable en el medio campo de la celeste. Su entrega personifica los valores de la selección charrúa mejor que nadie.

- ASAMOAH GYAN: El esforzado delantero africano demostró que es un valioso jugador. Se echó a su selección a las espaldas y, dados los resultados, a un continente entero. Por si fuera poco demostró arrestos al ser el primer tirador en la tanda de penaltis contra Uruguay, justo después de fallar uno en el último minuto de dicho partido.

- LANDON DONOVAN: La estrella americana es un jugador total. Velocidad, visión de juego y conducción hacen del interior de los Angeles Galaxy un jugador que podría destacar en cualquier equipo del mundo.

- CHICHARITO HERNANDEZ: Completísimo delantero autor de dos golazos en el Mundial. Su proyección lo ha hecho fichar por el Manchester United. Me la juego; puede ser el delantero mexicano con más talento desde Hugo Sánchez.

- KEISUKE HONDA: Parece mentira que un jugador oriental atesore tanta calidad. El delantero del CSK no sólo tiene un golpeo técnicamente perfecto, sino también desborde, visión de juego, y potencia. El futuro de Japón está en su pierna izquierda.

- SIMONE PEPE: Lo único salvable de Italia en este mundial ha sido este interior derecho que juega en la Juventus. Sus centros son francamente comprometedores para el equipo contrario.

- JONG TAE SE: El delantero del Kashima Antlers no ha hecho nada verdaderamente relevante en el campeonato; de hecho su selección hizo el ridículo. Sin embargo, este Coreano del Sur, que juega en Japón, e internacional con Corea del Norte, es tan aplastantemente superior a sus compañeros que llama la atención.

- EL PULPO PAUL: Este cefalópodo no sólo ha acertado todos los resultados que se le han consultado, sino que se ha ganado la simpatía de toda España al predecir la victoria de la selección ante Alemania, el país de Paul, y contra Holanda en la final. Sin ningún género de dudas, es el personaje mediático del Mundial. ¡¡Viva el pulpo Paul¡¡.

Las decepciones de Sudáfrica 2010


- LA SELECCIÓN FRANCESA: Hizo el ridículo dentro y fuera del terreno de juego. El incidente entre Anelka y Domenech junto al plantón del equipo en un entrenamiento pasarán a la historia de los Mundiales. Es de esperar que Laurent Blanc revitalice a los bleus y forme un equipo aspirante para las próximas citas. Jugadores tiene para ello.

- LA SELECCIÓN ITALIANA: Aferrarse a las viejas glorias es una de las parafilias más extendidas entre los seleccionadores nacionales. Desde Pelé ninguna selección ha repetido campeonato, y al fútbol le ha dado mucho tiempo a cambiar. Así se explica el fracaso de una azzurra más "vecchia" que nunca.

- SELECCIÓN INGLESA: Inglaterra sigue apostando por valores arcaicos, métodos ineficaces que nos son conocidos desde el siglo XIX. A corazón no hay quien gane a los pross, practicantes de un deporte que crearon, pero que no han sabido depurar. La designación de Capello como entrenador tampoco ayudó mucho.

- SELECCIÓN SERBIA: Muchos apostaron por el equipo de Antic como la gran revelación del Mundial, pero se quedó en promesa. No obstante, son los únicos junto a España que han podido tumbar a Alemania en este torneo. Les faltó el superclase que siempre han tenido.

- EL FUTBOL AFRICANO: La eliminación de la poderosa Colombia de Valderrama a manos de la Camerún de Roger Milla supuso una de las sorpresas de Italia 90. A partir de entonces muchas fueron las voces que vaticinaban el advenimiento de nuevas potencias, las africanas, que habrían de copar el protagonismo a corto plazo. El futuro del fútbol estaba en África, pero éste no llegaba. El Mundial de Sudáfrica sirvió para que muchos entendidos de asociación simple creyeran que los futbolistas negros explotarían definitivamente. Pero no, todavía les falta mucho. Su rigor táctico y anarquía en ambas áreas son losas que no pueden levantar. Y sí, es cierto que África nos ha legado excelentes jugadores, pero en conjunto son una banda que ni está ni se le espera.

- ROONEY: Estaba llamado a liderar a Inglaterra en este Mundial. A pesar de la lesión de última hora, su gran temporada le situó en todas las quinielas para ser el crack del campeonato. Se fue sin marcar ni un gol.

- CR7: Según muchos, el futbolista más completo del mundo. Velocidad, potencia, explosión, disparo y desborde son sus armas. Ninguna de ellas apareció en África.

- MESSI/MARADONA: Actual Balón de Oro y mejor futbolista del momento. La imbecilidad de Maradona sacrificó al mejor delantero para, a cambio, conseguir un buen medio de creación. El negocio no fue rentable y así les fue a los Argentinos.

- DUNGA: Parece mentira que un país con tanto talento presente una selección de pretorianos en vez de jugones. La derrota de la canarinha en la final de Francia 98 hizo mucho daño y desestabilizó los cimientos del jogo bonito. Francia, equipo totalmente inferior técnicamente, dio un repaso táctico a la por entonces Tetracampeona. Brasil apostó por esta línea y Luis Felipe Scolari dio el quinto título del mundo. Con Dunga se dio un paso más allá. Brasil ya era irreconocible, y más bien parecía un equipo solvente pero vulgar. Leonardo devolverá las cosas a su cauce y, como siempre, Brasil será la principal favorita en su campeonato.

- ARBITRAJE: He visto 5 mundiales en mi vida, pero ninguno tan esperpéntico en el plano arbitral como éste. Las situaciones comprometidas han sido resueltas negligentemente casi siempre y muchos equipos se han visto perjudicados sin remedio. De forma curiosa España no ha sufrido ninguna trastada importante, pero a cuentagotas ha visto como le birlaban tres penaltis y le negaban un par de expulsiones. Gran culpa del desastre la tiene la FIFA y sus designaciones de árbitros exóticos acostumbrados a pitar campeonatos menores. El contrapunto lo puso Yuichi Nishimura, colegiado japonés que estuvo impecable en los cuatro partidos que intervino. La excepción que confirma la regla, vaya.

-JABULANI: Balón de playa, pelota de supermercado, o globo, son algunas de las lindezas que los jugadores le han reservado al Jabulani, esférico más liviano y pequeño de lo normal y que ha propiciado cantadas espectaculares en los porteros. Es imposible que todos sean tan malos, así que pensemos que las carencias de la pelotita son reales. Todo ha sido tan polémico que hasta la NASA ha metido la zarpa en el asunto; según un estudio el Jabulani pierde fiabilidad a partir de los 70 K/h hora. Una joyita.

El 1x1 de la "Roja"


- CASILLAS: El Santo ha ido de menos a más. De estar irreconocible durante los cuatro primeros partidos pasó a ser fundamental para ganar el Campeonato. El punto de inflexión, el penalti que le paró a Cardozo.Nota: 7

-REINA: El segundo portero de la Roja no sólo animó a sus compañeros en todo momento, sino que fue trascendental en el penalti que Iker le paró a Cardozo gracias a sus indicaciones. Nota:-

- VICTOR VALDES: Lo mejor que se puede decir del cancerbero del F.C. Barcelona es que no ha creado problemas en la convivencia. Nota:-

- SERGIO RAMOS: Se ha resarcido de su mala Eurocopa con creces. El “Faraón de Camas” ha sido un coloso en todo momento, tanto defendiendo como atacando. Tan sólo la suerte del gol le fue esquiva al sevillano, que forma parte del 11 ideal del Mundial. Nota: 9

- CARLES PUYOL: “El tiburón” ha sido un valladar insalvable para los atacantes rivales. Por si esto no fuera poco, fue el artífice del pase a la final con un gol legendario. Nota: 8

- GERARD PIQUE: Ha sido el encargado de iniciar el juego desde la defensa. Inexpugnable por alto, tuvo tiempo para crear problemas en ataque cuando tuvo ocasión. Nota: 8

- RAUL ALBIOL: El simpático y espigado central valenciano no pudo ni debutar debido a una inoportuna lesión. Tampoco creo que lo hubiera hecho de estar sano. Nota:-

- CARLOS MARCHENA: El talismán de la selección se ganó a pulso su presencia en el Mundial por su portentosa Euro. Ha sido utilizado por Del Bosque para pausar a sus compañeros y cerrar los partidos. Nota: 7

- ALVARO ARBELOA: El polivalente defensa del Madrid apenas tuvo oportunidad de mostrar sus virtudes. Por algo será. Nota: -

- JOAN CAPDEVILA: España no ha tenido un lateral con su rendimiento desde Sergi. No es un jugador espectacular, pero siempre cumple su función. Como no podía ser de otra forma, “Barrikada” ha hecho un mundial impecable. Nota: 8

- JAVI MARTINEZ: El joven cachorro ha sido uno de los nombres más controvertidos de la convocatoria. Para jugar los minutos que ha jugado, mejor haber llamado a Senna. Nota: -

- SERGIO BUSQUETS: El gran acierto de Del Bosque ha sido confiar ciegamente en este sobrio centrocampista de Badía. Su Mundial no ha sido bueno, ha sido perfecto, algo especialmente valorable teniendo en cuenta que hace dos años jugaba en 3ª división. Nota: 9

- XABI ALONSO: El de Tolosa ha protagonizado un campeonato muy solvente. Más fallón en el pase que de costumbre, ha compensado al equipo con una dosis extra de entrega y lectura táctica. Nota: 7.5

- XAVI HERNANDEZ: Probablemente Xavi ha sido el único centrocampista que en Sudáfrica ha llegado a ser marcado por tres hombres. Los seleccionadores rivales saben que el medio del Barça es el alma de la “Roja” y por ello recibe un trato especial que quizá ha enturbiado un tanto su juego. De una forma u otra, su nombre ya está grabado a fuego como el mejor jugador español de la Historia, y como tal, ha sido indispensable para la conquista del título. Nota: 8.5

- CESC FABREGAS: Siempre he considerado al capitán gunner un tanto sobrevalorado, aunque quizá haya merecido más minutos en una competición que no se le ha dado mal ni mucho menos. Fe de ello dará Iniesta, directo beneficiado de su asistencia en la final. Nota: 7.5

- ANDRES INIESTA: España es distinta sin el manchego. Su control de balón, desborde y verticalidad, aportan un plus innegociable a la selección en los metros finales. Nadie más que él se merecía hacer el gol de la final. Nota: 8

- DAVID SILVA: Una lástima lo de este valiosísimo media punta canario, ya que la desmedida devoción de Del Bosque por el doble pivote ha privado al nuevo jugador del Manchester City de participar en partidos donde hubiera sido bastante más útil que el clown. Nota: 7

- JUAN MATA: El destino seguramente le reserva a Mata participaciones más trascendentales con la selección. Sólo participó ante Honduras, y lo hizo bien.
Nota: 7

- JESUS NAVAS: El extremo de “Los Palacios” ha gozado de un favoritismo absurdo por parte del entrenador. Navas ni ha desbordado, ni ha centrado bien, pero parecía tener bula. Eso sí, en su carta de méritos aparecerá el hecho de ser quien inició la jugada del gol de la finalísima. Nota: 5

- PEDRO RODRIGUEZ: Impresionante lo de Pedrito. El menudo delantero del Barça ha sido el verdadero revulsivo de la Roja en este Mundial. Fue un puñal ante Paraguay y Alemania y, en gran medida, le debemos el pase a la final. Nota: 9

- DAVID VILLA: El flamante Striker del F.C Barcelona tiró del carro cuando nadie pudo hacerlo. Me pregunto qué habría pasado si Villa no hubiera jugado en Sudáfrica... de todo supongo, menos ganar el campeonato. Nota: 9

- FERNANDO TORRES: El gol que nos dio la Euro no oculta su cruda realidad. The Kid es un jugador limitadísimo y que tan sólo puede explotar sus escasas facultades en contextos muy específicos. Que los espacios de la Premier es uno de ellos lo sabe todo el Mundo, pero quien vea a Torres como un indispensable en la selección nacional es que, sencillamente, no entiende de fútbol. Nota: 0

- FERNANDO LLORENTE: Es verdaderamente sangrante que este fabuloso ariete no haya disputado más minutos. ¿La razón?. Un Fernando Torres que en el transcurso del torneo nunca le llegó a la suela de los zapatos. Nota: 7.5

Memorias de Sudáfrica


No os pellizquéis. No ha sido un sueño. La selección española, la mártir de los Mundiales, la niña fea de nuestro deporte, ha ganado la Copa del Mundo. El camino para nada ha sido fácil, no al menos tanto como hacían presagiar las distintas casas de apuestas de todo el mundo, que vaticinaban un claro triunfo de los chicos de Del Bosque tan sólo amenazado por la Brasil de Dunga y la Inglaterra de Capello. Ya lo dijo Maradona en plena efervescencia albiceleste tras ganar a Corea del Sur 4-1: “parecía que había que darle la copa a los españoles y que los demás habíamos venido a pelear el segundo puesto”.
El achaparrado astro argentino, envalentonado por el caudal ofensivo de su selección, el pinchazo de los Españoles ante Suiza, y sobre todo, amparado en la pobrísima trayectoria mundialista de “La Roja”, apostó sin riesgo al infravalorar a los Xavi, Iniesta, Villa & Cia., que si bien acudían con la vitola de Campeones de Europa, no empezaron para nada con buen pie el torneo más importante del deporte universal. La mala historia del equipo funcionaba como coartada.
La funesta relación de la selección con su pasado trabó durante 80 años su papel en los Mundiales. El espectador miraba hacia atrás con desaires, desolado y aferrándose a gestas menores como el gol de de Zarra a Inglaterra en el Mundial de Brasil en 1950. En el subconsciente colectivo se había instalado una especie de espíritu burlón que nos evocaba perpetuamente nuestras pifias, golpes de mala suerte y frustraciones, todas ellas caídas sobre un deporte trascendental en España y en el que siempre hemos sido comparsa. Spain is different.
El éxito en la Eurocopa se interpretó como la solución a este problema, la catarsis necesaria para conducir al fútbol español a un lugar más amable: el del optimismo. Se ganó y el equipo jugó bien. Se lo reconoció todo el mundo. Los perdedores por naturaleza se habían transformado en brillantes vencedores. Esa victoria sólo podía tener efectos positivos sobre los jugadores, los aficionados y el periodismo. Sin embargo, un mal resultado puede transformar las vibraciones positivas en comparaciones odiosas y un plus de presión hacia un grupo de chavales que estaban siendo observados por mil millones de personas.
España debutó en Durban el 11 de Junio ante los casi 70.000 espectadores del Moses Mabhida Stadium. El rival, una Suiza dirigida por el veterano Ottmar Hitzfeld, doble campeón de la Champions League, y gran táctico en esto del balompié. De lo contrario no se explicaría el excelente planteamiento que un equipo menor como el helvético propuso al combinado ibérico, que impertérrito y desesperado, vio como su debut en la competición reavivaba viejos fantasmas por todos conocidos. Y eso que para nada se completó el peor partido del torneo.
La larga posesión del combinado nacional no se tradujo en claras ocasiones de gol, algo que se erigió en el estigma contra el que habría que luchar hasta el éxito final. Luego, una serie de catastróficas desdichas propició el gol de Fernandes, que ni creyéndolo el mismo y a base de trompicones, rompió su nacional neutralidad para derrotar a los nuestros. Para la historia sólo quedaría un disparo de Xabi Alonso, el mejor del partido, a la postre el golpeo de balón más violento del torneo con unos sorprendentes 140 K/h. Ya no se podía fantasear con la posibilidad de elegir el cruce. Ahora, sólo cabía un ejercicio de supervivencia que hiciera pasar de fase como sea. Y eso sólo sucedería si se ganan los dos próximos partidos.
Guste o no, Luis Aragonés fue el padre de esta selección y por ello el que trasladó el tiki-taka del Barça a la Nacional. El sabio actuó como tal, y comprendió que teniendo jugadores marcadamente técnicos debía forzosamente enterrar conceptos trasnochados como La furia o el patapún pa´rriba. Del Bosque, aunque siempre se esforzó en negarlo, es partidario de un fútbol más directo, con extremos abiertos y buenos lanzadores detrás. Para ello había que trastocar el esquema de la Eurocopa para introducir un doble pivote y, ante la primera derrota de España, un extremo.
De esta forma sólo hizo falta un desliz para claudicar un esquema que había probado sobradamente su fiabilidad y experimentar en pleno torneo. Gracias a Dios nuestro segundo rival era una selección tercermundista, y tan sólo diez hombres detrás del balón, la suerte, y la inoperancia del Niño Torres y Jesús Navas, evitaron una goleada que podría haber sido de escándalo. Menos mal que apareció el “Guaje” para hacer unos de los goles del mundial, meter un churro, y además fallar un penalti que le habría proporcionado la Bota de Oro del torneo. Se trataba de ganar, o al menos eso es lo que nos estaban vendiendo ahora.
Chile nos esperaba bajo el rol de selección sorpresa del Mundial. Nadie esperaba que los chicos del teniente Bielsa tuvieran tanto poder combinativo, desborde y movilidad en el último tercio de campo. Pero la suerte sonríe a los campeones, y si de las 52 ocasiones generadas en los dos primeros partidos sólo se convirtieron 2, ahora hicimos pleno. España resolvió su partido más difícil y alcanzó la victoria en su actuación menos brillante, que ya es decir. Chile demostró su potencial y los jugadores de Vicente Del Bosque tuvieron que sufrir antes de ejecutar la suerte suprema del gol. Tal vez cuando menos lo merecía España, el 1-0 de Villa fue un oasis en medio del desierto. Hasta entonces, Chile dominaba, ahogaba y planteaba dificultades que España ni sabía ni podía solucionar. Sin la posesión del balón, todo se fiaba a alguna acción aislada... al contragolpe. Desde luego, una situación totalmente alejada de la filosofía de la selección. Y mientras tanto el Mono Blanco rajando del equipo.
La impotencia ofensiva de Suiza junto a la inocencia de Honduras terminó de concretar el pase de España como primera de grupo. Otra cosa es que las sensaciones fueran buenas, que más bien, eran horribles. Tres partidos después de comenzar el Mundial buena parte del fútbol español continuaba atrapado en el pasado, en un bucle nocivo que le impide afrontar la realidad. Estamos en otro torneo y en otro momento. Era necesario que el seleccionador y los jugadores no participaran de la absurda nostalgia que nos invadía. España se veía azotada por un síndrome terrible: el día de la marmota. Todo lo que ocurría daba mal rollo y recordaba las catástrofes de años anteriores. El Práter de Viena ya era historia.
Los octavos de final dibujaron una efímera preponderancia latinoamericana. De las 8 escuadras que comenzaron el mundial 5 se habían plantado en la fase final del campeonato. Las voces más optimistas ya cantaban a los cuatro vientos que el de Sudáfrica era el mundial de América. Pero por ahora eso no nos interesaba, ya que nuestro primer escollo era la ultra-defensiva Portugal de Cr9, Cr7 para la ocasión.
El comienzo fue fulgurante, de lo mejor del mundial. La Roja comenzó presionando arriba y combinando rápido. Incluso Torres, lastimoso en toda la competición, regaló 5 minutos de pseudo calidad. Sólo fue un espejismo, ya que el ritmo se desaceleró y Casillas no hacía más que crear dudas. Su idilio con la Carbonero originó todo tipo de especulaciones bizarras en el seno de la prensa inglesa, y claro, el muchacho sufría por ello. Nadie se cuestionó que llevara dos años por debajo de su nivel y que el mundial simplemente era una continuación desgraciada de aquella línea depresiva. Pero España, en un ejercicio de paciencia, doblegó la muralla. La selección española estuvo más de una hora picando piedra hasta que Villa encontró el resquicio por el que agujerear la portería del portentoso Eduardo. El de Tuilla ganó la batalla de sietes. Mención aparte merece la entrada del “León” Llorente, que con sus imponentes 195 cm de estatura fijó a la defensa y creó múltiples ocasiones en juego aéreo. El delantero Riojano, en tan sólo 25 minutos, haría más que “El Niño” durante todo el torneo.
El vergonzante papel de la azurra colocó en nuestro camino a una invitada no esperada, Paraguay, selección bien armada atrás, peleona y con algún delantero interesante. No parecía presentar la situación mayores dificultades, máxime teniendo en cuenta la pobre actuación de los guaraníes frente a Japón, a la que tan sólo pudieron doblegar mediante la lotería de los penaltis. El problema es que España no se enfrentó tan sólo a once jugadores, sino también a todo el peso de la Historia, aquella que decía que nunca habíamos superado unos cuartos de final en una copa del mundo. Y se notó el peso. Tras firmar la peor primera parte que se les recuerda a los hispanos en mucho tiempo vivimos la segunda con el corazón en un puño. Piqué, protagonista de un mundial casi impecable, concedió un penalti clamoroso debido a un fallo de marca. Quien más quien menos ya se veía fuera, yo entre los presentes, pero entonces apareció el Santo. Y eso que no se le esperaba. De una forma u otra me pregunto qué habría pasado si el Liverpool no se hubiera cruzado con el Benfica en la Europa League y Cardozo no le hubiera lanzado dos penas máximas por el mismo lado a Pepe Reina.
Sin apenas tiempo de celebrar la atajada del cancerbero mostoleño, el colegiado Carlos Batres pitó otro penalti en área paraguaya que debió de acabar en expulsión de Alcaraz. Tras el gol de Xabi Alonso Batres mandó repetir el lanzamiento por la entrada de jugadores al área antes del chut. No es que el reglamento le quite la razón al árbitro guatemalteco, pero si tal medida se hubiera de aplicar en todas las penas máximas habría que tirar siempre 2 o 3 veces el mismo penalti. Y claro, se falló a la segunda. Seguíamos 0-0 y con el agua al cuello. Del Bosque movió piezas, y el innegociable doble pivote dio paso a un planteamiento más ofensivo. Cesc entró por Xabi Alonso y Pedrito por un Torres lamentable... menos mal que los cambios mejoraron sustancialmente lo anterior. La prensa ha loado mucho las sustituciones de Del Bosque, pero yo dejo en el aire si verdaderamente eran acertados los cambios o desacertado el once titular. De cualquier forma Villa, otra vez Villa, dio la puntilla a nuestros rivales mediante uno de los goles con más suspense de la historia de los mundiales. Tres veces hubo de tocar el balón los postes para besar la red. La Roja es semifinalista del Mundial. Hay que escribirlo otra vez para creerlo. La Roja es semifinalista del Mundial.
La tan cacareada supremacía latinoamericana se quedó en agua de borrajas, ya que de los cinco equipos que pasaron a octavos, tan sólo uno, Uruguay, se plantó en semifinales. El último escollo antes de la final era la poderosa Alemania, que venía por cierto de destrozar a la Argentina de Maradona por 4-0 y antes a Inglaterra por 4-1, eso sí, con ayudas arbitrales de por medio. Lo de los árbitros en el Mundial daría para una entrada aparte, pero no tengo ganas de escribirla.
De todas formas algo me daba buen rollo. Se había roto el himen psicológico de los cuartos; por si fuera poco España estaba demostrando que sin estar al cien por cien también ganaba. El juego excelso de dos años atrás retrocedió a favor del otro fútbol, la picaresca en las grandes competiciones que reclamaba Camacho, o el diente retorcido que perseguía el Mono Blanco. Además nuestro rival, Alemania, se adecuaba mucho más a nuestras características que los contrincantes anteriores. El futbolista teutón ha mejorado con dotes técnicas que se le han sumado a las ya consabidas. Alemania nos iba a jugar de tú a tú, o al menos eso intentaría. A España el juego que le crea problemas es el que practicó Suiza, y que desgraciadamente sirvió de modelo a cada rival del torneo. Se decía que España no está jugando como antes, claro, pero los rivales nos estaban complicando la vida de manera brutal. Nos hacían marcajes individuales, basculaban, realizaban coberturas y así es muy difícil. Alemania no haría esto, su historia se lo impide.
A todo ello había que unir un factor de igual importancia. Vicente Del Bosque, gran entrenador pero tibio y poco enérgico en sus decisiones, prescindió por fin de Torres para dar paso a Pedrito, que ofreció un excelente rendimiento en los cuartos de final contra Paraguay. España por fin se iba a enfrentar a un rival con once jugadores. Más vale tarde que nunca.
Todos los presagios se vieron consumados. La Roja dio desde principio a fin una lección de fútbol, al nivel del mejor partido de la Eurocopa. Todos, desde el primer al último jugador, desempeñaron una labor encomiable. Pero es de justos reconocer que Xavi, liberado de las marcas individuales, y Pedrito, tocado por la mano de algún ente divino, fueron los principales artífices de un triunfo que insufló renovados bríos a unos jugadores que ya sólo tenían un problema: la excesiva dificultad que encontrábamos a la hora de penetrar la portería contraria. Tuvo que ser un central, Puyol, y además en la especialidad de los germanos, el balón parado, quien hiciera justicia y comprara el billete de la final mediante uno de los testarazos más épicos de la historia del fútbol. Lo que les quedó a los alemanes hasta el minuto noventa fue perseguir sombras, aunque hay que alabar la nobleza, elegancia y predisposición ofensiva de un equipo joven, y que si sigue dirigido por Joachim Löw, será uno de los principales problemas de la selección en los próximos torneos.
En la final nos esperaba La Naranja Mecánica, aunque esta vez era menos mecánica que nunca. Si los nuestros sólo habían destapado el tarro de las esencias de manera puntual, los holandeses tenían la tapa cerrada herméticamente. Su fútbol se fundamentaba en preceptos tácticos tan básicos y primarios como los que se observan en los patios de los colegios: pasar el balón al mejor y que los demás defiendan pegando patadas. En un principio la selección no debía de temer nada, eran mejores que los neerlandeses y además lo sabían. El problema es que era una final, y ahí puede pasar de todo; si además tenemos en cuenta la eliminación de Brasil por parte de los tulipanes, entendíamos el zumbido de detrás de la oreja.
Del Bosque decidió poner en liza el mismo once que fulminó a los alemanes pensando con coherencia que ambos rivales tenían perfiles similares. Pero Holanda tan sólo se defendía sin dejar espacios y presionaba para robar el balón y salir a la contra. Los españoles estaban desconcertados y la violencia oranje terminó por desquiciar el ánimo de los nuestros, todo ello con la bendición de un matón de barrio con ínfulas de árbitro llamado Howard Webb. Mientras tanto, las ocasiones españolas se sucedían con menos cadencia de la esperada y ya en la segunda parte Casillas salvó un mano a mano a Robben que a la postre supuso un Mundial. Así se llegó a la prórroga, un panorama desalentador para los nuestros teniendo en cuenta el cruel cuadro de fondo, la tanda de penaltis, totalmente desproporcionada hacia el lado naranja. España prescindió en los cambios de Xabi Alonso y Villa, sus dos principales lanzadores, y el resto de nuestros jugadores no destacan precisamente por ser excelentes chutadores. Por el contrario, Holanda tenía sobre el campo a De Jong, Van Bommel, Sneijder, Robben y Van Persie, todos ellos contrastados especialistas de penas máximas en sus respectivos equipos.
Pero la Sophrosine compensó el mejor talante de nuestro equipo y dio alas a Navas para que rompiera por la banda dejando atrás a tres tulipanes. Luego cedió a Iniesta, éste a Cesc, que pasó a Torres para que centrara al área. El despeje lo recogió de nuevo el de Arenys para asistir a Andrés... el resto es por todos conocido. Un empalme de Iniesta dilapidó de un plumazo todo Cardeñosa, todo gol anulado de Michel, todo penalti de Eloy, todo codazo a Luis Enrique, o todo Al Gandhour que se precie.
Dicen algunos que la Historia le debía más a Holanda que a la Roja. Puede ser verdad. Pero lo cierto es que si algo se les debía a los holandeses era por el buen juego que mostraron en las dos finales que perdieron. El destino no fue injusto con los Países Bajos, sino con el fútbol desenfadado, alegre, moderno y ofensivo que éstos practicaron. España fue quien se cobró esa deuda histórica, ya que Holanda dejó el buen juego a un lado para abrazar el anti fútbol más acuciante. Se podría decir que España vengó a las Holandas anteriores derrotando a la Oranje actual. Cosas de la vida.
Mucha gente podrá morir tranquila a partir de ahora. No os pellizquéis. No ha sido un sueño. La Selección es Campeona del Mundo.

martes, 13 de julio de 2010

Empezar con el pie izquierdo


Saludos. Ante las desmesuradas peticiones de mis amistades más allegadas he decidido crear un solaz para el espíritu y la cultura más esencial. Espero que salga bien el invento, porque el que escribe nunca se ha llevado nada bien con la informática...
En terreno pantanoso mejor no hacer "jocs florals", por lo que lamento decir que aquí voy a arriesgar poco. Nadie encontrará poética pueril, giros neo-modernistas, o entradas con ínfulas de pretensiosidad. Sólo escribiré sobre lo que manejo, sobre frikadas y demás, y eso sí, prometo mucha diversidad de temáticas.
Así, Cine, Arte, Literatura, Videojuegos, Manga, Historia, Mitología, Música, y he aquí lo más sorprendente en un tipo de mi perfil, Fútbol, pulularán con pies terrenales a lo largo y ancho de un blog que, espero, complazca a todo aquel que se pliegue a saborearlo.
En “Leyendas sin nombre” aparecerán cada cierto tiempo entradas más largas de lo normal y que tratarán sobre algún tema candente, de actualidad, o cuyo desarrollo simplemente necesita de más espacio físico. Creo apropiado estrenar el Blog con unas crónicas del Mundial de Fútbol de Sudáfrica, preñado de muchas singularidades, y de especial interés por la parte que nos toca. Buenas noches y buena suerte.