martes, 20 de julio de 2010

Robin Begins


Desde que William Langland lo incluyera por primera vez en una narración escrita, Robin de Locksley ha paseado su palmito por incontables adaptaciones escritas, dibujadas o rodadas. El cine y la televisión se han cruzado en el camino del renegado inglés en múltiples ocasiones. Entre sus primeras adaptaciones destacan el Robin de los Bosques de Douglas Fairbanks (1922) y por supuesto el interpretado por Errol Flyn, que supuso un antes y un después en el cine de aventuras. Ulteriormente, nuestro personaje ha adquirido las facciones de zorro por la gracia de Disney, ha envejecido tomando prestada la efigie de Sean Connery e incluso ha visto como Mel Brooks lo convertía en objeto de parodia. Entre sus últimas apariciones destaca el Robin Hood interpretado por Kevin Costner, que demostró que se puede ser de York y hablar con acento yankee sin que eso influya para nada en la recaudación.
Ahora es Scott quien rescata de nuevo al personaje para apostar por el cine épico que tan buenos dividendos le ha aportado desde la oscarizada Gladiator. Y bueno, se podría decir que el resultado es apto, aunque no tanto como cabría esperar.
Es de suponer que 100 millones $ alcanzarían para presentar unos factores técnicos encomiables, aunque personalmente cada vez otorgo menos mérito a esta cuestión. El vestuario se ha reciclado casi en su totalidad de “El Reino de los Cielos”, la B.S.O es cumplidora, y las interpretaciones son solventes. Sin embargo, no acabo de ver a un Russell Crowe, un tanto pasado de rosca, como el arquero más famoso de la mitografía europea por muy desmitificadora que pretenda ser la producción. Y es que éste es el verdadero problema; se indaga en los orígenes de la leyenda despojando al personaje de todo carisma. Giro de tuerca, no obstante, necesario, para justificar la nueva revisión del arquero de Sherwood.
Con la reciente obsesión de muchos directores por humanizar a los héroes, impregnarlos de moralina política, o dotarlos de ínfulas intelectuales, se ha castrado decisivamente la magia de muchas películas. Y sí, Robin, aunque gordito y arrugado, entretiene. Nunca viene mal un espadazo aquí y un flechazo allá para desconectar. Pero qué queréis que os diga, a mí me gusta menos este academicismo formal que las baratas licencias literarias que observamos en la peli de Costner.
Ya lo pensaba desde hace tiempo pero este film me lo ha confirmado. Ridley Scott empezó su carrera rodando unas películas brillantes y que lo vislumbraron como el sucesor natural de Stanley Kubrick. Sin embargo, su acomodo en la industria hollywoodiense vino con producciones comerciales, de éstas que se consumen como churros, y eso es exactamente lo que hallaremos aquí. O sea, que Scott ha dado en la diana... según se mire.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo. La califico de "entretenida" ... fue mucho mejor Gladiator.

    Un abrazo.

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